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"Nada podemos esperar sino de nosotros mismos"   SURda

www.surda.se

 

 

20-03-2011

 

 

 

Uruguay

Parados en la intemperie

SURda

 


Mariana Contreras



Ni ley de la silla, ni agua para tomar, ni derechos sindicales. Nada les sirve y todo rechazan algunas de las grandes tiendas de ropa del país (Parisien, La Casa de las Telas, o Indian Emporium). El sueldo nominal básico por 44 horas semanales de trabajo es de 6.952 pesos, pero los trabajadores son empujados a ganárselo con supuestas comisiones. De los 10.000 trabajadores del subgrupo tiendas, menos de 2.000 están sindicalizados, y los que están se las ven fieras. El sector creció un 9,6% con relación al año anterior, mientras los salarios no han acompañado ese aumento. ¿será muy viejo hablar de explotadores y explotados?

El viernes pasado los grandes medios de información nacionales –salvo Televisión Nacional– obviaron la movilización que los empleados de las tiendas hicieron frente a la Dirección Nacional de trabajo (DINATRA). Es verdad que la movilización no fue grande: había alrededor de 50 personas en la calle, con pancarta y altoparlante. Pero la relevancia no estaba dada por la cantidad, sino por la calidad de lo que, puertas adentro de la DINATRA, se discutía. Ese sector agremiado en la Federación de Empleados de Comercio y Servicios (fuecys) – dirime junto al Poder Ejecutivo y la Cámara de Comercio un nuevo convenio colectivo que fijará, hasta nuevo aviso, los laudos del sector y las condiciones laborales.

En épocas donde la conflictividad sindical ocupa preciosísimos minutos en los medios masivos, no deja de llamar la atención que uno de los sectores mas golpeados por los magros sueldos y la represión sindical no tenga un lugar entre las noticias del día. La ausencia noticiosa habla –una vez mas– de la dificultad del PIT–CNT para presentar ante la población aquellas zonas del trabajo (y de los trabajadores) donde las situaciones son mas deprimentes. Mas si se tiene en cuenta la disparidad de fuerzas: los empleados de las tiendas, con su escasísima experiencia, tienen como negociadores de la otra parte a una de las agremiaciones empresariales mas fuerte del país (véase recuadro). Es que hasta 2005 FUECYS era una federación “testimonial”, con 4.000 afiliados entre los mas de 60.000 que conforman el sector. “Este era un sector donde la gente se quería afiliar y la echaban”, contó Jorge Peloche, uno de sus dirigentes. Pero en 2005, en virtud de la ley de promoción y protección de la actividad sindical, y la reapertura de consejos de salarios, comenzaron a surgir (y a resurgir) sindicatos donde antes era impensado. Aún así hay empresas –como las famosas Grandes Tiendas Montevideo– donde los intentos de organización siguen siendo descabezados. De aquellos 60 mil trabajadores del sector, 10 mil pertenecen al subgrupo tiendas (de los cuales hay menos de 2 mil sindicalizados). Y aunque las reivindicaciones son similares a las de otros subgrupos, aquí los avances son menores.

La movilización del pasado viernes intentó ser un factor de presión para una negociación que “está muy trabada”, según los trabajadores, en momentos en que las ventas crecen. El rubro tiendas declaró a la DGI en 2009 alrededor de 884 millones de dólares, cifra que al tercer trimestre de 2010 se había incrementado un 9,6%.

Que pasa acá

El sector del comercio realiza sus negociaciones en diversos grupos. en el caso de las tiendas el laudo vigente se sitúa en 6.929 pesos nominales por 44 horas semanales de trabajo; apenas 600 pesos mas de lo que se considera un salario sumergido (que está fijado en 6.300 pesos). Un vendedor de primera categoría cobra 9.148 pesos, uno de segunda 7.686 y un encargado 10.446 pesos. Según FUECYS, la mayoría de las empresas no ofrece salarios por encima del mínimo obligado.

Los trabajadores aspiran a obtener un 25% de aumento, y además pretenden que el sueldo base no sea menor al salario mínimo nacional (SMN).

¿Cómo se explica este último reclamo, teniendo en cuenta que el laudo fijado ya es superior al SMN?. Muchas de las empresas de comercio establecen un sueldo base (para algunas categorías) de alrededor de 2 mil o 3 mil pesos, y el resto del laudo se completa con las comisiones que obtienen los empleados por las ventas. Así es el caso de Parisien, La Casa de la Telas, e Indian Outlet, pertenecientes a Enrique Manhard, o de Si Si, por nombrar dos empresas importantes del ramo. Según contó Laura Suárez, una de las representantes gremiales de Parisien, este resultado viene con “trampa”: las empleadas deben vender mas de 400 mil pesos de mercadería para alcanzar el laudo (la comisión es el 1% de la venta si el pago es contado, o el 0,75% si es a crédito).

Claro que, como el laudo es obligatorio, si no se alcanza el mínimo con las comisiones, las empresas lo pagan igual. Pero lo importante es entender que esos primeros 400 mil pesos (o la cifra que sea) sobre los que el trabajador tenía derecho a cobrar su comisión, solo sirvieron para ganar lo que por ley les corresponde. Como resultado de esta “chicana” empresarial “había vendedoras que se mataban trabajando y a fin de mes apenas lograban cobrar el laudo y unos cientos de pesos por comisión. Entonces empezamos a decir que no nos íbamos a preocupar por propiciar la venta, total están obligados a pagar. Solo atenderíamos a los clientes cuando ya estuvieran resueltos a comprar”, contó Suárez. Y fue así que lograron que en su trabajo el sueldo base fuera aumentado. En Si Si continúa en 2 mil pesos tanto para las cajeras como para las encargadas y vendedoras, según contaron trabajadoras de esa empresa a BRECHA.

A los argumento planteados para exigir el SMN, Peloche agregó uno mas: algunas empresas consideran el sueldo base y no el laudo a la hora de pagar aguinaldo y salario vacacional, “y si bien eso dejó de ser una constante, todavía hay bolsones donde la organización sindical sigue costando. Por eso queremos un mínimo asegurado”. Sobre este punto la negociación está trancada. Respecto al 25% de aumento (que implica un 12% aproximado de crecimiento salarial), los empresarios elevaron a 4,5% su propuesta de crecimiento anual luego de la movilización del viernes (la propuesta original era de 2,5% anual).

Según Peloche, “con salarios tan bajos, hasta el 4,5 de crecimiento sigue dejando salarios bastante sumergidos. Si no hay un aumento importante en los salarios del sector, para 2013 quedaríamos por debajo del salario mínimo nacional”. Pero aclara que “si diferenciamos la situación al 1 de enero 2011 con un aumento considerable, el 4,5% es admisible para el resto del convenio (que estará vigente hasta julio de 2013). Con un aumento de 18%, que es lo que se reclama, se alcanzaría un salario de 8.600 pesos nominales en la categoría mas baja. El tema es cual será el ajuste al 1 de enero. Pretendemos que haya un aumento sensible para que el movimiento salarial acompañe el movimiento del salario mínimo nacional, pero el sector empresarial está reticente”. Explicó.

Corre que te pillo

Las condiciones de trabajo es otro de los asuntos por lo que reclaman los trabajadores. “En Parisien hace un año logramos que nos pusieran un dispensador de agua potable –contó Suárez- ,pero las cajeras tienen prohibido levantarse para buscar agua, y tampoco pueden estar en la caja con una botella o un vaso”. La plataforma de negociación de los trabajadores también reivindica la obtención de un domingo libre al mes, en lugar de uno cada cinco trabajados (figura vigente en el convenio colectivo actual).

Pretenden además que se establezcan las actividades para cada puesto de trabajo, para evitar que se le exija al trabajador tareas que nada tienen que ver con su función.

Una de las cláusulas para el trabajo en los depósitos establece que además de la carga y descarga de mercadería el trabajador debe hacer “cualquier tarea inherente a su cargo”. De esa forma “hay quien carga y descarga, clasifica, prepara envíos, maneja programas tipo Excel, para ingresar códigos… y le pagan lo mismo que al que recién entra y solo carga. Y cuando peleamos su pasaje a otra categoría, uno de los argumentos fuertes de esos empresarios es que la descripción de tareas indica que debe hacer cualquier cosa inherente al cargo”.

Los intentos de que se cumpla con la “ley de la silla”, que estableció la obligatoriedad de lugares suficientes en los comercios para que las empleadas “puedan tomar asiento siempre que sus tareas lo permitan”, son gritos en el desierto desde 1918, año de su promulgación. En algunas tiendas ni siquiera las cajeras tienen donde sentarse. La comprobación es sencilla para cualquiera. “las chicas de los probadores, que son cadetas o auxiliares de venta, están paradas 8 horas. Y donde te vean sentada, o le digas lo de la ley, enseguida empiezan los inconvenientes: sos suspendida, o tenés una observación. Y hay mucho acoso verbal: “estás de viva”, “¿a vos quién te dijo?”, “dejate de sindicato, tus compañeras están trabajando y vos querés estar sentada”. Empiezan con todo el divide y reinarás.” Otra de las actitudes patronales es establecer diferencias entre los que están afiliados y los que no al sindicato, reservando para los primeros cambios de local u horarios sin previo aviso, complicando las salidas de licencia o los días libres que para el resto de los trabajadores son trámites sencillos. “Si pido un día libre para ir a la fiesta de fin de año de mi hijo no me lo dan, y a los compañeros no sindicalizados no les hacen problemas. Incluso pueden recuperar las horas, para no perder el presentismo”, contó la dirigente sindical.

Como resultado de estas prácticas, y de la gran dispersión de los trabajadores, la afiliación es baja. Tanto así que Parisien, la Casa de las Telas, e Indian Emporium emplean aproximadamente al 10% del sector, del que están sindicalizadas entre “80 y 100 personas”, en parte por la baja afiliación y en parte por la alta rotación de la tienda. Es que con esas condiciones no hay quién se sostenga con las medias puestas.

Costos y beneficios
Los señores de la tienda


El subgrupo tiendas incluye una amplia variedad de rubros: están las mercerías, las casas de moda, lencerías, medierías y relojerías; también las zapaterías, peleterías y casas de revestimientos y alfombras. Hasta paraguerías y sombrererías incluídas. El amplio abanico comprende a las pequeñas y grandes tiendas, lo cuál conforma un espectro muy heterogéneo de realidades, de necesidades y, además , de posibilidades de satisfacer las demandas de los trabajadores. Quién negocia en nombre de todas ellas en la tripartita es la Cámara Nacional de Comercio y Servicios, la gremial que nuclea a las diferentes agrupaciones y asociaciones dedicadas al comercio, y donde están muchos de los empresarios mas poderosos del país.

Algunos de los ejemplos de mayor represión sindical en las tiendas los generan justamente estos últimos.

Así es el caso de Enrique Manhard, dueño de Parisien, la Casa de las Telas e Indian Emporium. Manhard fue el anfitrión del almuerzo ofrecido a Mario Vargas Llosa en Punta del Este, junto con los expresidentes Lacalle, Batlle y Sanguinetti, cunado el premio nóbel visitó el país semanas atrás. Su conglomerado de empresas es el principal importador de vestimenta. Los datos del Ministerio de Industrias (MIEM) indican que las empresas de Manhard importaron ropa por valor de 17,5 millones de dólares en 2010, de lo que se deduce que su ganancia durante ese año fue bastante mayor. Según un documento del MIEM al que BRECHA, accedió, las empresas de Manhard pagaron el kilo de ropa (proveniente de Asia) a 11,04 dólares (unos 200 pesos, que también incluye el costo de flete y seguro). En las tiendas Parisien una puede encontrar blusas o remeras por 700 pesos o trajes por 2 mil pesos. La estrategia es vender la ropa de verano a partir de octubre con precios altos, para luego ir bajándolos, progresivamente con descuentos de hasta el 50%, u ofertas de 3 x 2, pero siempre obteniendo ganancias. La sindicalista Laura Suárez dijo a BRECHA, que la empresa ya casi no produce en su taller, salvo algún diseño que luego se envía a confeccionar a China y luego aquí se le hacen las terminaciones. Parisien es también, según la dirigente sindical, una de las tiendas que vende uniformes para muchas empresas, incluído el Estado. “pero nosotras obtuvimos los nuestros recién cuando los consejos de salarios obligaron a la patronal a entregarlos”.

La segunda importadora es ZARA que invirtió casi 9 millones de dólares en mercadería (pagó 33,35 dólares el kilo). En ZARA, no existe organización sindical, aunque el motivo no sería el hostigamiento patronal sino razones culturales y la falta de inserción de la federación sindical en esa tienda (ZARA es una de las pocas empresas que paga un poco por encima del laudo).

En tercer lugar está SI – SI (que en el rubro lencería se ubica como el principal importador), que invirtió 5,7 millones de dólares en importación (21,03 pesos el kilo) y donde las dificultades para la actividad sindical también se hacen sentir (véase nota central).

Por su parte, Grandes Tiendas Montevideo, perteneciente a Jorge y Daniel Araja, donde los sucesivos intentos de sindicalización desde 2005 han sido desactivados, adquirió mercadería por 5 millones de dólares, pagando 7,31 dólares el kilo de ropa. Todos los números incluyen costo del flete hasta el puerto y el seguro.

Estas 4 empresas concentraron el 26% de las importaciones de vestimenta textil, mientras el resto se repartió entre mas de 200 empresas, lo que coloca a las primeras claramente como fijadoras de precios en el mercado interno.

Fuente: Semanario Brecha, Montevideo, 25-2-11
http://www.brecha.com.uy/

 

 
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